Muchos de ustedes no lo sabrán ya que no se han aventurado a trabajar en una de esas pymes familiares del sector de la construcción que han crecido de forma alarmante en este ciclo económico de características descontroladas, me estoy refiriendo a esa nueva especie de «iluminados» del mundo empresarial llamados por el resto de mortales tan ilusamente con la denominación y en algunas ocasiones acompañada por la mayor de las más estúpidas admiraciones hacia tal especie perteneciente a la yet set lugareña, de decir: «¡ese es promotor!».
Estos genios de las finanzas y la economía caracterizados por sus coches de lujo y sus palabras llenas de razones asentadas en su gran éxito económico pero con rasgos de cierto alto nivel de ausencia de la cultura keynesiana o de un ámbito más general como leer, escribir o sumar por poner un ejemplo, se ven hoy en día traumatizados e inculpando de su situación actual a otras circunstancias incontrolables para dicho panteón de dioses empresarios para así justificar que ellos siguen siendo los reveladores de los caminos financieros de la España de este siglo.
En la mayoría de los casos están orgullos de su ausencia absoluta de estudios y ven sus obras (realizadas a mano y aprendidas mediante el método prueba-error, es decir, «hago una mierda de casa hasta que aprenda a hacerlas bien») como tesoros artísticos de un grado de complejidad inalcanzable por el resto de mortales. Probablemente deberíamos llenar las universidades y centros escolares con los dueños/hijos/socios de estos fieros caballeros de los mercados, para qué nos ilustren con tanta sabiduría refugiada en tan poca diversidad cultural.
Les gustaría ser considerados como «Market makers» (si supieran que es lo que significa el término) del mercado inmobiliario durante los últimos años. Su conocimiento empresarial es un secreto tan bien guardado que aunque parezca que son simples personas corrompidas por el céntimo de euro, incluso algunas veces algo vagas, incultas o inútiles, les han hecho obtener un patrimonio considerable.
La realidad de su éxito se ha forjado en varios pilares como ha sido la trampa, la evasión de impuestos, o simplemente la falta de moral y el chantaje, entre muchas otras «pillerías» que nunca acabaríamos de enumerar. El legado dejado por estos ejemplos de EMPRESARIOS DE ESTE SIGLO es la pobre descendencia que proviniendo muchas veces de la miseria económica-cultural se ven con la «riqueza» fugaz de este periodo de algunos euros de más en sus casas, los cuales más tarde les llamará hacienda, el juez ó la entidad financiera correspondiente para reclamarles el correspondiente pago de tantas irregularidades morales en el mundo empresarial.
Lo más impactante en esta época de hoy en día ya viendo que su «suerte» (ellos nunca lo consideraron «suerte» sino más bien «how know» ó acercando este término a su nivel sociocultural lo podríamos denominar «yo zoy el que más zabe») se ha acabado es pensar que dicho patrimonio lo salvarían con el embargo voluntario y la evasión de bienes inmuebles a nombre de familiares. Debe de ser que además de ser los impulsores de todo el conocimiento empresarial actual son los nuevos legisladores de esta sociedad con capacidad para interpretar y modificar las leyes. Y por supuesto no piensen que un juez o un inspector de hacienda es más listo que ellos ya que estos «pobres funcionarios» a los cuales les rebajan ahora el sueldo no tienen tanto patrimonio (patrimonio en el caso del juez y del inspector de hacienda en un altísimo porcentaje adquirido sin la falta de moralidad y ética demostrada por estos nuevos acomodados cuyo futuro está cada día más negro) como los «grandes» promotores y futuros promotores de herencia. Promotores de herencia que terminarán siendo cualquier cosa menos eso.
Indagando en su opinión por los que estuvieron llevándolos a su nuevo estatus gracias a los conocimientos culturales recibidos en su formación educativa, solo los ven como simples aprendices de su gran cruzada empresarial. Tanta sabiduría les hace tan insensatos que no se dan cuenta que al saltar muchos de ellos actualmente de su barco les están contestando a la incertidumbre que mantienen sobre su futuro y el de sus «legados humanoides».
Andando por este largo camino y a la pregunta por parte de un promotor en defensa de los valores amorales de sus descendientes de: «¿tú no te verás algún día en la cárcel?» solo contestar:
«Don Promotor» yo no sé si me veré en la cárcel ya que a diferencia de sus actuaciones las mías tienen una honorabilidad y un respaldo cultural, es decir, la educación con valores, el conocer y el saber general te ayudan a la hora de tomar decisiones y por supuesto jamás se me ocurriría sacar 2 millones de euros de un préstamo bancario para pagar una parte de la compra de un terreno en «B», o no pagar impuestos mientras incrementa de forma alarmante mi patrimonio, o actuar con una carencia absoluta de «buen hacer» y «buena fe», entre otras muchas razones.
Viernes 28 de Mayo del 2010 a las 22:50