LA FIESTA DE LA COMUNIDAD.

El 85% de los españoles viven en régimen de comunidad, y por lo tanto deben de lidiar con las peculiaridades de sus vecinos día a día, algunas veces dichas peculiaridades llenas de desavenencias y en muchos casos estas serian evitables si consiguieramos aplicar un poco de sentido común.

Si habláramos de un sitio ideal para vivir probablemente no tendriamos en cuenta a nuestros vecinos y nos centrariamos nada más que en lo material de nuestro habitat soñado. Pero es cierto que aunque las comunidades de vecinos hoy en día son un problema para la convivencia más intima de nuestro «maravilloso hogar», también es cierto que si nos paramos a pensar que vamos a tener que vivir durante muchos años con la comunidad y sus miembros podriamos potenciar esa relación comunitaría en vez de evitarla o intentar destruirla como habitualmente se produce por parte de algún que otro vecino.

Podriamos soñar con una comunidad ideal, en donde el promotor tuviese su bien inmueble residencial en un ático y aunque puede que se haya aprovechado de su situación y puede que se haya dado el uso y disfrute de las cubiertas comunitarias, este hecho es algo que ningún vecino desea investigar. Usted se preguntará como es que ningún miembro comunitario indaga en dicho abuso de poder, como siempre, al principio es por culpa de su baja acepción cultural en los términos y la legislación actual sobre la propiedad horizontal, pero habiendo salvado estos escollos iniciales al cabo de poco tiempo no le da importancia a la posible «jugada» por parte del promotor ya que este ha realizado un edificio arquitectónicamente correcto (lo cual no es muy usual en los tiempos vividos) y es algo que se agradece.

Como no dicho promotor le ha concedido la administración comunitaria a un buen amigo (y por supuesto empleado de una entidad financiera desde hace años), y el presidente es uno de esos jóvenes de los que ya hemos hablado alguna vez. Misteriosamente el resultado es una fiesta anual de apertura de piscina, amenizada por las degustaciones aportadas por los miembros vecinales, un equipo de música «de casa», unas cuantas cervezas en cubos con hielo y sus respectivas bebidas alcohólicas todas estas aportadas con el superavit comunitario.

En un momento de esos casi históricos y que representan el fundamento esencial de lo comunitario que es simplemente el hecho de compartir, a esa fiesta se da la posibilidad de invitar a todos los amigos o familiares de tan fascinante agrupación vecinal. Para mayor reclamo y como actuación estrella se realiza un bingo con sorteo de una esterilla de playa para la linea y un jamón serrano para el apoteósico héroe que consiga llenar el primero todos los números de su correspondiente cartón con las lentegas aportadas por uno de los vecinos.

Curiosa comunidad la cual siempre esta «mirando al mediterraneo», pero a la vez triste ser, ya que nos abruma la sorpresa al conocer la posibilidad de una convivencia tan sana cuyos comienzos fueron el tener que compartir unas zonas comunes de un edificio a las afueras de la ciudad.

¡Este año iremos vestidos de blanco para darle un toque a  nuestra fiesta de apertura de la piscina!

Domingo 6 de Junio de 2010 a las 23:44

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