La impresión actual del Administrador de Fincas está muy empañada por ciertos «compañeros» colegiados, asociados o libres, los cuales se han acomodado al «tele-trabajo», es decir, no salen de su despacho a excepción de las Juntas de Propietarios o salidas obligadas, las cuales no pueden gestionar a través de su herramienta de comunicación menos humana, de las pocas que saben utilizar, es decir, el teléfono.
Despachos de Administradores (normalmente colegiados y cuya frase fundamental es «soy colegiado y tengo un seguro de responsabilidad civil de 200.000 euros», cualquier profesional tiene dicho seguro si así lo desea y desde luego no nos hace pobre contratarlo), encabezados por un «macho» o una «feminista» que en sus lacayos renumerados incorporan solo a más «machitos» o «feministas» (según el sexo de su empleador), con una baja formación y por lo tanto una baja compensación económica por sus labores diarias.
Mientras que el cabecilla de dicho despacho, empresa, franquicia o multinacional se dedica a «trapichear» con la economía de la Comunidad de la cual es usted propietario, sus trabajadores con su nula formación y con pocas ganas de formarse, gracias a la penosa motivación debida normalmente al ver su nómina al final de cada mes y al poco esfuerzo humano que han detectado en su líder a la hora de solucionar los problemas y las tareas de la empresa, se dedican a incumplir los formalismos de la Ley que regula su actividad o la más mínima pincelada de calidad en la prestación de sus básicos servicios (como relacionarse con proveedores o clientes).
Nosotros luchamos contra ese despacho «tradicional», en donde, nuestra labor está en recuperar la esencia de nuestro servicio. Incorporando la tecnología a nuestro despacho para solucionar uno de las mayores problemas en las Comunidades que es el poder acceder a las cuentas comunitarias en cualquier lugar y en cualquier momento por los propietarios, conseguimos recuperar el trato humano con nuestros clientes y proveedores, cuidando e inspeccionando las copropiedades las cuales administramos.
Detalles como no remitir la correspondencia de la Comunidad a la dirección de nuestro despacho, lo cual debe de ser muy cómodo para estos «administradores» cuyos despachos mueren por la picaresca de los contratos llenos de cláusulas y las comisiones en sus empresas recomendadas a cualquier precio.
La disponibilidad a la hora de solucionar problemas, «no se nos caen los anillos por cambiar un bombillo de una puerta, una bombilla o comprar los materiales necesarios para una reparación», acompañado de la necesidad moral de actuar con el bien común de nuestros clientes como si de algo nuestro fuese, pero teniendo siempre muy claro que somos un empleado de usted y que prestamos un servicio, en donde la confianza es un pilar básico para poder sobrevivir en un sector donde la competitividad llega a límites de canibalismo.
Esto nos hace acercarnos cada día más a nuestros clientes, a tratar con respeto a todas las empresas que prestan también un servicio a la Comunidad y que por nuestra condición de administradores tenemos que trabajar conjuntamente para que esa cuota que usted paga todos los meses se vea reflejada en un mayor bienestar.
Desarrollar una nueva forma de administración de la propiedad horizontal es algo necesario en una sociedad que ha evolucionado en los últimos años a pasos agigantados.
Sábado 18 de Diciembre de 2010 a las 22:18