La valoración de los honorarios en esta época tan dura para las empresas que queremos dar un nivel de calidad satisfactorio para nuestros clientes es algo que no se debe de compensar con las famosas comisiones a los administradores.
Son pocas las empresas que no te sugieren un suculento acuerdo de colaboración, y que básicamente consiste en ofrecerles un servicio o producto más caro a mis clientes a cambio de una compensación económica. Mi contestación es clara en todos los casos: «mi remuneración consiste exclusivamente en mis honorarios como administrador, y uno de mis valores añadidos consiste en que al final del ejercicio económico de las comunidades que administro su saldo sea positivo mediante la búsqueda de los mejores presupuestos en su relación calidad-precio. Consiguiendo un superávit al final del ejercicio, el cual será necesario para el sostenimiento de las propias comunidades en un futuro.», es decir, NO TRABAJAMOS CON NADIE, no aceptamos dichas «colaboraciones» que son casi un soborno a la honradez del administrador.
Solo un mínimo del porcentaje de las empresas que nos ofrecen los famosos acuerdos de colaboración, aceptan que esa compensación económica sea trasladada al precio final como un descuento a las comunidades. Muchos te dicen que: «tu eres el administrador, tu mandas. Nadie te va a decir nada, todos lo hacen…», incluso tengo entendido de casos en donde algunos administradores obligan a las empresas a recompensarles para que su presupuesto sea el elegido.
El rechazo en estas prácticas por parte de nuestra filosofía empresarial es muy clara y animamos a que sea controlada desde el proveedor hasta el comunero pasando obligatoriamente por el administrador de su Comunidad.
Tampoco debemos permitir que cualquier copropietario aprovechándose de su estado como propietario utilice dichas prácticas para enriquecer su renta personal con cargo en la cuenta de la Comunidad mediante dichas comisiones o compensaciones tan discutidas hoy en día. Es deber del administrador controlar los precios de las facturas y trabajar siempre con presupuestos para que las posibles alzas en el precio final no venga motivadas por la «listeza» de algún sinvergüenza para aumentar su cuenta corriente.
En la propiedad común no debe prevalecer el interés privado frente al comunitario, incluyendo por supuesto lo económico.
Miércoles 6 de Abril de 2011 a las 19:38
