Recuerdo que antiguamente se decía a menudo la frase «con la iglesia hemos topado». En el ámbito de la propiedad horizontal dicha frase toma cuerpo cuando se produce la situación de una reparación grave y de gran cuantía dentro de las zonas comunes, es cuando a menudo tenemos que decir «con la aseguradora hemos topado».
Y vaya si hemos topado con un obstáculo en muchas ocasiones insalvable en donde la única opción es recurrir a los Tribunales para que se hagan cargo de las reparaciones de las zonas comunes, cuyos daños deben solventar por llas coberturas contratadas. La verdad es que desconozco la formación que tienen algunos corredores cuyas frases más comunes son «eso no esta cubierto», «el seguro no se hace cargo», o la mítica «eso es por el desgaste natural y falta de mantenimiento». Supongo que son frases que deberían ir acompañadas de un argumento en base a la póliza contratada.
También desconozco la formación de los peritos de las aseguradores pero si os puedo decir que he visto respuestas de las aseguradoras que parecen más bien un chiste de mal gusto que una contestación seria de un siniestro por parte de la aseguradora con el respaldo y apoyo del informe técnico. Los tramitadores son utilizados en muchas ocasiones como filtros para la retención de información a los afectados, cuyos daños pasan los meses sin ser reparados.
Y no podemos olvidar la respuesta más común vivida por muchos de los propietarios al dar parte a su seguro «esto no nos corresponde a nosotros. Debe de dar parte al seguro de la vivienda de su vecino/ o de la comunidad». Pues eso aseguramos nuestra vivienda tenemos un problema y nos mandan a hablar con el seguro del vecino, muy coherente no es ya que en la mayoría de las ocasiones en las coberturas se contrata la defensa jurídica.
Otra cuestión es la revalorización de capitales, nuestra prima aumenta normalmente entre un 3% y un 5% anualmente, lo que nos lleva que en muchas ocasiones en menos de cuatro años estamos pagando más de un 20% del valor de mercado para esa prima. La solución no es otra que dar de baja el seguro y contratar con otra compañía.
El término de indignación tan usado en estos días lo trasladamos a las aseguradoras y a la batalla constante que como administrador de fincas libramos contra ellas. Batallas largas, y que merman nuestros ánimos viendo como las injusticias y abusos a nuestros clientes son resueltos después de muchos meses.
La profesionalización y cualificación del personal de las aseguradoras para el trato con el cliente es una utopía, en algunas de las actuales compañías de seguros.
Lunes 13 de junio de 2011 a las 18:42